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Una estafa de 20 mil millones de dólares llega a los jubilados más vulnerables en Brasil

Una investigación policial en Brasil reveló uno de los mayores fraudes en su historia, afectando a más de 1.5 millones de jubilados y pensionistas.

Para hablar sobre este tema, Channel E se comunicó con el periodista Patricio de la Barra, quien comentó que “no es una estafa posible: es un fraude probado”, que se refiere a la operación de descuento que se llama así, una inversión que reveló el desvío de al menos 6.8 mil millones de dólares en detrimento de los jubilados del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS).

Según De la Barra, “el esquema se montó en 2016 durante la presidencia de Dilma Rousseff” y continuó durante los gobiernos de Jair Bolsonaro y Lula da Silva. Estos fueron descuentos automáticos de pensiones, muchos de ellos aplicados sin consentimiento o conocimiento de los beneficiarios, que en su mayoría son trabajadores rurales con acceso limitado a la información y la tecnología.

El mecanismo de fraude: descuentos invisibles

Los jubilados recibieron sus pagos en efectivo en las sucursales bancarias. “Iban a retirar su dinero y encontraron cantidades menores sin comprender por qué”, dijo el periodista. A menudo, eran cuotas o créditos sindicales que nunca solicitaron ni recibieron.

“En lugar de 1.200 reales, recibieron 1.150, 1.140 o incluso 1.050. No sabían que estaban estafados”, explicó. Después de la operación policial, ya se han presentado 495,000 demandas de personas afectadas.

Complicidad institucional y responsabilidades políticas

La red de corrupción no operaba sola. “Hubo complicidad entre los sindicatos y los funcionarios del INSS”, dijo De La Barra, detallando que los empleados de la agencia facilitaron los descuentos a través de códigos autorizados, sin una verificación real de la autorización por parte del jubilado.

Además, el escándalo salpicó figuras del gobierno. Lula da Silva desestimó al entonces ministro de bienestar social, Carlos Lupi, y al presidente de los INSS, Alejandro Estefanuto. “Carlos Lupi ya había sido separado en 2016 por irregularidades”, recordó el periodista.

¿Quién devolverá el dinero?

Aunque el gobierno ha prometido investigar, “Hasta ahora no hay un plan específico para devolver el dinero”, se lamentó del bar. Las organizaciones involucradas aún están operativas, aunque los pagos sindicales fueron suspendidos recientemente, como ya había sucedido durante el mandato de Bolsonaro.

“El problema es que no hay nadie para decir ‘cometimos un error, devolveremos lo que fue robado”, enfatizó.

Un año electoral marcado por el escándalo

El contexto político agrega presión. Menos de un año después de las elecciones presidenciales, el partido gobernante busca evitar el desgaste. Según De la Barra, “no quieren una comisión parlamentaria que exponga las responsabilidades porque Lula es el único candidato fuerte a la izquierda”.

Mientras tanto, la oposición exige una investigación profunda y prepara una comisión mixta entre diputados y senadores. El diputado Nicolás Ferreira estimó que el fraude podría alcanzar 90,000 millones de reales, equivalente a 20,000 millones de dólares.

El drama más pobre

El caso toca fibras sensibles en Brasil. Las víctimas son, en su mayor parte, personas mayores que viven con uno o dos salarios mínimos. “Imagine lo que es obtener el 10% a alguien que vive con un salario mínimo”, dijo el bar, visiblemente indignado.

“Estamos hablando de bandidos que se aprovecharon de las personas humildes, de los trabajadores que confiaban en el estado”, concluyó.

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