Enrique Zuleta Pucceiro analizó en la libertad de opinión, el progreso del calendario electoral y atrajo un diagnóstico profundo sobre las transformaciones del sistema político argentino. Advirtió sobre la despolarización, el creciente peso de las ciudades y el papel estratégico de los gobernadores en la nueva etapa federal.
El analista político Enrique Zuleta Puceiro proporcionó una lectura detallada del escenario electoral argentino en una entrevista en libertad de opinión. Con un proceso electoral provincial ya en curso, el especialista dijo que el país viaja una etapa de aceleración política, fragmentación del partido y fortalecimiento del poder territorial.
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“El protagonista principal de hoy no es una fuerza política, sino una abstención. En muchos distritos, no se alcanza el 60% de participación, y en algunos, ni siquiera el 50%”, advirtió.
Zuleta Puceiro atribuyó este fenómeno al declive de las estructuras de los partidos tradicionales, como el peronismo y el radicalismo, que ya no actúan como redes organizativas activas. Esta ausencia de infraestructura, agregada a sistemas electorales complejos, como la boleta individual, deja al votante “solo” frente a la elección.
Uno de los principales focos del análisis fue el creciente papel de los gobernadores, que lograron consolidar su poder en las recientes elecciones provinciales.
“Los gobernadores ganaron en todos los distritos que fueron a las urnas, incluso con márgenes muy amplios. Son los grandes ganadores del nuevo mapa electoral argentino”, dijo. Mencionó los casos de Salta, San Luis y Jujuy como ejemplos de victorias aplastantes, incluso frente a oposiciones fragmentadas o fortalecidas.
Además, hizo hincapié en que los líderes provinciales anticiparon las elecciones con éxito, logrando “Denamese” las elecciones y evitar el arrastre de las grandes líderes nacionales que influyen en la política local.
“La agenda federal se impone a la agenda nacional. Hay una nueva política que se establece en los territorios”, dijo.
Zuleta también señaló una transformación clave: el crecimiento del electorado urbano e independiente, que rompe con la lógica binaria del pasado. “Las ciudades capitales tienen cada vez más peso. Hay el 25% del electorado que ya no se identifica con ningún partido y votos de una lógica ciudadana”, explicó.
Este fenómeno, que debilita la vieja polarización, se refleja en la desaparición del voto de la pertenencia partidista, especialmente en las provincias con una alta concentración de población urbana.
En el avance de Javier Milei y sus avances espaciales de La Libertad, Zuleta Pucceiro comentó que el fallo nacional busca consolidar dos estrategias complementarias: alianzas con gobernadores y construcción territorial en las ciudades.
“Milei no solo chupó los votos del Pro. Ahora busca absorber sus estructuras, sus líderes y, en última instancia, el espacio del centro derecho”, dijo. El politólogo dijo que este proceso no ocurre solo en Argentina, sino que sigue una lógica internacional, como Lvox en España o Fratelli d’Italia en Italia, donde los nuevos líderes emergentes desplazan a los partidos tradicionales de conservantes liberales.
También descartó que hoy podemos hablar sobre un voto juvenil disruptivo como el que promovió a Milei en 2023. Según su visión, el componente económico-social será más decisivo en la nueva etapa.
“Hoy la votación de Milei se lleva a cabo en sectores intermedios y medianos, no tanto en sectores marginados como antes. La agenda social envía: empleo, salud, educación y seguridad”.
Zuleta describió las próximas elecciones en la ciudad de Buenos Aires como un brazalete estratégico entre los avances Pro y Libertad. “Milei busca hacer un pie firme en Caba como un paso anterior para unificar el espacio del centro. Ya absorbió los votos. Ahora va por los líderes”, dijo.
Federalismo, Reformas y Consensas
Zuleta cerró su intervención con una reflexión estructural: la nueva política se juega en la clave federal, y cualquier reforma sustancial, pensión o proceso laboral) requiere un profundo acuerdo entre la nación y las provincias.
“Sin el diálogo territorial, ninguna reforma es viable. No es suficiente con líderes inspirados o gestos de alto lado. Se necesitan soluciones equilibradas y sostenibles, construidas con todos los actores provinciales”, concluyó.