La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que la fuerza laboral de enfermería global ha visto un crecimiento de 1.9 millones de enfermeras desde 2018 hasta 2023, alcanzando un total de 29.8 millones de enfermeras.
Según el Informe del Estado del Mundial de Enfermería 2025, publicado por la OMS, el Consejo Internacional de Enfermeras (ICN) el 12 de mayo, las desigualdades en la fuerza laboral de enfermería global impiden el acceso a los servicios de salud esenciales para muchas poblaciones, lo que puede poner en peligro los objetivos de salud globales como la cobertura de salud universal (UCH) y los objetivos de desarrollo relacionados con la salud.
El informe proporciona un análisis exhaustivo de la fuerza laboral de enfermería a nivel mundial, regional y nacional.
Consolida datos de 194 Estados miembros de la OMS, destacando el progreso en la reducción de la escasez de la fuerza laboral de enfermería de 6.2 millones en 2020 a 5.8 millones en 2023, con una proyección para disminuir a 4.1 millones para 2030
También reveló que los países de bajos y medianos ingresos enfrentan desafíos en la graduación, empleo y retención de enfermeras en el sistema de salud y deberán elevar las inversiones nacionales para crear y mantener empleos.
El informe también señaló que el género y la equidad siguen siendo preocupaciones centrales en la fuerza laboral de enfermería, enfatizando que las mujeres continúan dominando la profesión, representando el 85 por ciento de la fuerza laboral de enfermería global.
Además, destaca la dependencia de la migración internacional, señalando que una enfermera en siete y casi una cuarta parte en países de altos ingresos tiene nacidos en el extranjero.
El director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que las desigualdades que marcan el panorama global no pueden ser ignoradas.
“Este informe contiene noticias alentadoras, para las cuales felicitamos a los países que están progresando. En el Día Internacional de las Enfermeras, insto a los países y socios a usar este informe como señal, mostrándonos de dónde venimos, dónde estamos ahora y dónde debemos ir, lo más rápido posible”, dijo.
El presidente del Consejo Internacional de Enfermeras, Pam Cipriano, señaló que el informe expone claramente las desigualdades que están frenando la profesión de enfermería y actuando como una barrera para lograr la cobertura de salud universal (UHC). Agregó que el informe es un hito importante para monitorear el progreso en el fortalecimiento y el apoyo a la fuerza laboral de enfermería hacia los objetivos de salud globales.
Además, afirmó que “la entrega de UHC depende de realmente reconocer el valor de las enfermeras y de aprovechar el poder y la influencia de las enfermeras para actuar como catalizadores de cambio positivo en nuestros sistemas de salud”.
El informe también destacó las mejoras en el liderazgo de enfermería, señalando que el 82 por ciento de los países informaron tener un funcionario de enfermería del gobierno superior para administrar la fuerza laboral de enfermería. Sin embargo, agregó que las oportunidades de desarrollo de liderazgo siguen siendo desiguales.
Además, declaró que si bien el 66 por ciento de los países informan que tienen tales iniciativas establecidas, solo el 25 por ciento de los países de bajos ingresos ofrecen desarrollo de liderazgo estructurado, lo que enfatiza que el bienestar de la salud mental y el bienestar de la fuerza laboral siguen siendo áreas de preocupación.
“Solo el 42% de los países que respondieron tienen disposiciones para el apoyo de salud mental de las enfermeras, a pesar de las mayores cargas de trabajo y el trauma experimentados durante y desde la pandemia Covid-19. Abordar esto es esencial para retener a los profesionales calificados y garantizar la calidad de la atención”, dijo el informe.
Sin embargo, el informe introdujo prioridades de política prospectiva, pidió a los países que expandan y distribuyan equitativamente empleos de enfermería, especialmente en regiones desatendidas; fortalecer los sistemas de educación nacional y alinear las calificaciones con roles definidos; mejorar las condiciones de trabajo, el capital salarial y el apoyo de bienestar mental; y promover la equidad de género y proteger a las enfermeras que trabajan en entornos frágiles y afectados por el conflicto.