Una planta utilizada en la medicina brasileña tiene potencial científico para ayudar a personas con artritis y otras afecciones inflamatorias.
Los investigadores probaron Joseph’s Coat (Alternanthera littoralis) en estudios de laboratorio y descubrieron que reducía la hinchazón, protegía el tejido de las articulaciones y parecía seguro en las dosis utilizadas.
Joseph’s Coat crece naturalmente a lo largo de la costa de Brasil. Las comunidades locales lo han utilizado tradicionalmente para aliviar la inflamación, las infecciones y los parásitos.
Sin embargo, hasta ahora no ha habido evidencia científica sólida que demuestre que funcione o sea seguro.
El nuevo estudio fue realizado por equipos de universidades de todo Brasil, incluida la Universidad Federal de Grande Dourados, la Universidad Estatal de Campinas y la Universidad Estatal de São Paulo. Publicaron sus hallazgos en el Journal of Ethnopharmacology.
Los científicos examinaron primero la composición química de los tallos y las hojas de la planta que crecen sobre el suelo. Prepararon un extracto etanólico, es decir, utilizaron alcohol para extraer los compuestos activos de la planta.
En modelos de artritis de laboratorio, este extracto redujo la hinchazón visible.
“En los modelos experimentales, observamos reducción del edema, mejora de los parámetros articulares y modulación de los mediadores inflamatorios, lo que sugiere acciones antioxidantes y protectoras de los tejidos”, dijo en un comunicado Arielle Cristina Arena, profesora asociada del Departamento de Biología Estructural y Funcional del Instituto de Biociencias del Campus de Botucatú de la Unesp.
Los investigadores probaron Joseph’s Coat (Alternanthera littoralis) en estudios de laboratorio y descubrieron que reducía la hinchazón, protegía el tejido de las articulaciones y parecía seguro en las dosis utilizadas. Boonsawad – stock.adobe.com
También influyó en las vías inflamatorias y los signos de estrés oxidativo, que pueden dañar el tejido durante la inflamación crónica.
Las articulaciones expuestas al extracto mostraron menos signos de degeneración y mejor salud general que los controles no tratados.
El equipo de investigación también realizó pruebas toxicológicas para comprobar la seguridad. En las dosis probadas, el extracto de la planta no provocó efectos nocivos en los animales de laboratorio utilizados en el estudio, lo que sugiere un perfil de seguridad prometedor.
En modelos de artritis de laboratorio, este extracto de planta redujo la hinchazón visible. Estudio SKT – stock.adobe.com
Si más investigaciones confirman estos resultados, los investigadores dicen que Joseph’s Coat podría ser una fuente de nuevos tratamientos antiinflamatorios a base de plantas.
Los medicamentos modernos para la artritis pueden ser eficaces, pero a menudo tienen efectos secundarios que limitan su uso a largo plazo.
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El equipo afirma que los compuestos naturales con menos efectos secundarios podrían ofrecer alternativas o complementos en futuras terapias.
El estudio se realizó en animales, no en humanos, por lo que los hallazgos no se pueden aplicar directamente a pacientes con artritis.
Según la investigación, las articulaciones expuestas al extracto mostraron menos signos de degeneración y mejor salud general que los controles no tratados. narstudio – stock.adobe.com El estudio también se centró en un extracto específico preparado en condiciones controladas, lo que significa que las versiones caseras o compradas de la planta podrían variar ampliamente en cuanto a potencia y seguridad. Material de alambre – stock.adobe.com
Los cuerpos humanos procesan los compuestos de manera diferente y los tratamientos que funcionan en modelos de laboratorio no siempre se traducen en terapias seguras o efectivas para las personas.
El estudio también se centró en un extracto específico preparado en condiciones controladas, lo que significa que las versiones caseras o compradas de la planta podrían variar ampliamente en cuanto a potencia y seguridad.
Además, la investigación no identifica qué compuestos específicos de la planta son responsables de los efectos antiinflamatorios.
Sin esta información, es difícil estandarizar las dosis o predecir los resultados a largo plazo.
Los científicos señalan que se necesitan más estudios para aislar los ingredientes activos, probar la seguridad a largo plazo y, finalmente, realizar ensayos clínicos en humanos.









