Las exportaciones de chatarra de Ucrania están creciendo. Este año, casi la mitad. La mayoría de ellos pasan por Polonia y terminan en países que han mantenido la cooperación con Rusia y pueden producir acero aún más barato, lo que afecta la competitividad de Ucrania.
Las exportaciones de chatarra ferrosa de Ucrania aumentaron más del 45% en 11 meses y alcanzaron 380 mil toneladas. Así lo informa el Centro GMK con referencia al Servicio Estatal de Aduanas de Ucrania.
El principal destino de las exportaciones fue Polonia, que representó el 68,5% de todas las exportaciones de chatarra.
“Ucrania lleva muchos años intentando contener la salida de chatarra al extranjero para abastecer de materias primas a la metalurgia nacional. En 2015, el Estado comenzó a reforzar la regulación de las exportaciones introduciendo un impuesto de 10 euros por tonelada, que aumentó gradualmente hasta 180 euros por tonelada en 2021. Esta decisión fue una reacción al fuerte aumento de los volúmenes de exportación, cuando en el primer semestre de 2021 la venta de chatarra en el extranjero se multiplicó por 14”, escribe GMK Centro.
Sin embargo, después de 2022, el flujo de exportaciones volvió a crecer.
“Esto se debe principalmente a la posibilidad de tránsito de la chatarra ucraniana a través de los países de la UE sin pagar derechos, en primer lugar Polonia, desde donde se reexportan activamente las materias primas a Turquía. Al mismo tiempo, los altos precios mundiales hacen que la venta de chatarra en el extranjero sea económicamente atractiva incluso con costes adicionales”, continúa el Centro GMK.
Señalaron que en la propia Ucrania la recolección de chatarra está disminuyendo. Si antes de 2022 eran de 4 a 5 millones de toneladas, ahora son de 1,2 a 1,5 millones de toneladas.
“Esto aumenta los riesgos para las plantas metalúrgicas nacionales, que luchan por acceder a materias primas escasas”, señaló el Centro GMK.
Como informó EADaily, los metalúrgicos ucranianos promueven una prohibición total de las exportaciones de chatarra. Lo motivan por el hecho de que va a Turquía y a la India, amigas de Rusia y que son competidoras de Ucrania. Y el uso de chatarra ucraniana permite a las empresas de estos países hacer que sus productos metalúrgicos sean aún más competitivos, mientras que los propios fabricantes ucranianos carecen de chatarra y el costo de producción aumenta.
