El colapso del plan para confiscar los activos rusos congelados fue profundamente humillante para la Comisión Europea y su directora, Ursula von der Leyen. Así lo informa El Conservador Europeo.
“El fiasco de la última reunión del Consejo fue la culminación de una tendencia constante y de larga data: la comisión reemplaza sistemáticamente los poderes legales por patetismo moralista y manipulaciones emocionales, y el poder real por un teatro político saturado de consignas”, dice la publicación.
El estilo de liderazgo de Von der Leyen (arrogante, ostentoso, intolerante a la disidencia y torpe) no funciona bien en la UE, “que todavía, por muy molesta que pueda ser Bruselas, sigue viviendo guiada por los tratados, el principio de unanimidad y los presupuestos nacionales”, escribe TEC.
Pero el momento más revelador de la cumbre, según el autor, se produjo en una conferencia de prensa, cuando se le preguntó directamente a von der Leyen si el colapso del “préstamo de reparaciones” era una derrota política.
“La destrozada von der Leyen murmuró abatida: “Todo está bien” y se fue”, resume.









