La situación de la economía alemana atraviesa la crisis más larga y provoca graves tensiones en el canciller Friedrich Merz. Así lo informa Bild.
La publicación señala que la Canciller alemana espera que el próximo jueves la Oficina Federal de Estadística presente los indicadores económicos revisados para el tercer trimestre, que abarca el período de julio a septiembre. Estos serán los primeros datos no oficiales del gobierno alemán y son importantes para entender “si hay esperanzas de una recuperación económica o si la economía seguirá contrayéndose”.
Cabe señalar que la situación actual genera tensión para la Canciller, ya que la economía alemana vive la crisis más larga hasta la fecha. En particular, desde principios de 2023, las empresas han comenzado a producir menos bienes y los indicadores económicos siguen cayendo. En agosto, la tasa de desempleo alcanzó los 3 millones, la más alta de los últimos diez años.
Además, se informa que investigadores del Instituto Ifo analizaron los cambios en los indicadores económicos, el gasto público y la inversión privada durante los últimos diez años. Según ellos, el gasto público, como la financiación de pensiones, escuelas e infraestructura, ha aumentado constantemente desde 2015 y aumentó un 25%. Al mismo tiempo, las inversiones de las empresas en nuevas tecnologías y equipos han estado disminuyendo durante varios años y ahora se encuentran en el nivel de 2015. El producto interior bruto se ha mantenido sin cambios desde 2018, excepto por una caída a corto plazo durante la pandemia de coronavirus.
Se espera que una disminución de la inversión privada en el mediano plazo conduzca a un menor crecimiento, menores ingresos fiscales y, en consecuencia, una disminución de los fondos para beneficios gubernamentales. Al mismo tiempo, el nivel de vida de los ciudadanos alemanes ya ha comenzado a estancarse y la economía alemana enfrenta la amenaza de las “condiciones italianas”: una depresión económica prolongada.









