El panorama de la ciberseguridad ha sido testigo de un aumento sin precedentes en ataques centrados en API durante la primera mitad de 2025, con los actores de amenazas que lanzaron más de 40,000 incidentes documentados contra las interfaces de programación de aplicaciones en 4.000 entornos monitoreados.
Esta escalada alarmante representa un cambio fundamental en la metodología de ataque, ya que los cibercriminales han identificado las API como los puntos de entrada más lucrativos y vulnerables en la infraestructura digital moderna.
A diferencia de los ataques de aplicaciones web tradicionales que requieren interacción humana, las campañas basadas en API se pueden automatizar por completo, lo que permite a los atacantes ejecutar millones de solicitudes maliciosas con una supervisión manual mínima.
La sofisticación de estos ataques ha evolucionado más allá de las simples sondas de reconocimiento para abarcar la explotación lógica comercial compleja, donde los atacantes aprovechan la funcionalidad de API legítima para lograr objetivos no autorizados.
Los actores de amenaza modernos están implementando navegadores sin cabeza, redes proxy residenciales y marcos de automatización avanzados para orquestar campañas que se mezclan sin problemas con los patrones de tráfico normales.
Estos ataques se dirigen a los puntos finales críticos que incluyen sistemas de autenticación, interfaces de procesamiento de pagos y puntos de acceso a datos, con servicios financieros que llevan la peor parte del asalto al 26% de todos los incidentes documentados.
Analistas de Imperva identificado Una tendencia particularmente preocupante en la que los atacantes concentran el 44% de la actividad de BOT avanzada específicamente en entornos API, a pesar de que las API representan solo el 14% de los vectores de ataque generales.
Este enfoque desproporcionado indica que los ciberdelincuentes reconocen las API como objetivos de alto valor que ofrecen vías directas a datos confidenciales y sistemas financieros.
El equipo de investigación documentó instancias en las que las campañas individuales generaron ataques de denegación de servicio distribuidos de la capa de aplicación que alcanzaron 15 millones de solicitudes por segundo contra API financieras, lo que demuestra la escala masiva y la coordinación de las operaciones modernas centradas en API.
Las metodologías de ataque empleadas en entornos API revelan una comprensión sofisticada de la lógica de la aplicación y los flujos de trabajo comerciales.
Los actores de amenaza están implementando técnicas de manipulación de parámetros para manipular los procesos de pago, ejecutando bucles de abuso de código promocional para drenar los presupuestos de marketing y realizar operaciones de relleno de credenciales sistemáticas contra puntos finales de autenticación.
Estos ataques tienen éxito porque utilizan llamadas de API válidas que se ajustan a las especificaciones documentadas, haciéndolas invisibles a los sistemas de detección basados en la firma y los firewalls de aplicaciones web tradicionales.
Técnicas avanzadas de explotación lógica persistente
El aspecto más preocupante de los ataques de API contemporáneos implica el abuso sistemático de la lógica comercial a través de lo que los investigadores de seguridad llaman “manipulación de solicitud válida”.
Los atacantes han desarrollado métodos sofisticados para identificar y explotar las inconsistencias lógicas inherentes a los flujos de trabajo API complejos, particularmente dirigidos a procesos de múltiples pasos, como secuencias de pago de comercio electrónico y cadenas de autorización de transacciones financieras.
Estas campañas avanzadas generalmente comienzan con fases de reconocimiento automatizadas donde los atacantes asignan puntos finales de API e identifican relaciones de parámetros utilizando herramientas como Burp Suite y Scripts personalizados de Python.
Una vez que se catalogan los puntos finales objetivo, los actores de amenaza implementan marcos de automatización especializados que pueden ejecutar miles de solicitudes aparentemente legítimas mientras sondean sistemáticamente para las vulnerabilidades lógicas.
Por ejemplo, los atacantes pueden enviar secuencias rápidas de solicitudes de validación de código promocional, probando varias combinaciones hasta que se identifiquen los códigos válidos, luego redimiéndolos inmediatamente antes de que los sistemas de detección puedan responder.
Los mecanismos de persistencia empleados en estas campañas a menudo implican manipulación de tokens de sesión y distribución de solicitudes distribuidas en múltiples redes proxy para mantener el acceso prolongado sin desencadenar controles de limitación de la velocidad.
Los investigadores de seguridad han observado a los atacantes que mantienen campañas activas durante semanas o meses modulando cuidadosamente las frecuencias de solicitud y los vectores de ataque rotativos para mantenerse por debajo de los umbrales de alerta automatizados mientras extraen continuamente el valor de los puntos finales de API comprometidos.
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