La muerte de Lautaro Antunian, un vibrador de 23 años nacido en Sáenz Peña, generó conmoción y un fuerte reclamo de su familia, quien denuncia que fue víctima de impulsos ilegales por parte de la policía de la ciudad.
El incidente ocurrió en las primeras horas del sábado 6 de septiembre en el vecindario de Palermo, cuando el joven fue arrestado en circunstancias que aún se investigan. Según la queja presentada por su madre, durante el procedimiento sufrió golpes que habría resultado en un paro cardíaco.
Antunian fue transferido urgentemente al Hospital Fernández, donde murió horas después. Sus familiares denunciaron que los ingresos se obtuvieron sin documentación, que tomó su ubicación y generó una mayor angustia.
Cuando era adolescente, Lautaro se había mudado a la capital para unirse a las divisiones juveniles de Lanús. Con el tiempo, dejó el fútbol y se dedicó a la música. Durante el último año vivió en Neuquén con su compañero, pero en marzo decidió regresar a Buenos Aires, permaneciendo en un albergue en Palermo.
Tobillo y detención electrónicos
El joven llevó una tobillera electrónica vinculada a una medida de restricción de aproximación hacia su ex parartner. Sin embargo, su entorno aclaró que en el momento del arresto no estaba cerca de la casa de las mujeres, sino cerca de su lugar de alojamiento.
Según la queja, el episodio se originó cuando el dispositivo electrónico que Antunian fue separado de su ropa y fue recolectado por un transeúnte. En ese momento, un patrullero que tomó el dispositivo intervino y procedió a detenerlo. Fue allí donde, según la familia, ocurrió el mal tratamiento que terminó en su muerte.
La causa estaba en manos de la justicia de Buenos Aires, que ya ha tomado una intervención para aclarar lo que sucedió. Mientras tanto, la familia del joven Chqueño exige que se determine si había una responsabilidad policial en la muerte y reclama justicia para Lautaro.