“Detuve todo, detuvimos todo. Estábamos definiendo una inversión para traer nuevas máquinas y detenerlo. Nos están pidiendo cualquier locura de tarifas. Hace un mes era una cosa y ahora todo está cambiado. Vamos a esperar y ver que se adapta un poco”.
La reflexión fue dejada por un empresario de las PYME Córdoba que participó en una reunión de herramientas de financiación al sector productivo en la Legislatura de Córdoba. En esa reunión, la atención se centró en la importancia de mantener el esquema de las sociedades de garantía recíproca (SGR) uno de los apoyos financieros a través del mercado de capitales y que se encuentra en medio de la controversia, ya que existen proyectos de financiación de proyectos para jubilados que proponen reducir los beneficios fiscales que las empresas que contribuyen al sistema SGR logran. En el mercado y la red productiva, están de acuerdo en que sería una medida que implicaría un golpe letal al esquema SGR, limitando el financiamiento a las PYME y, en consecuencia, un nuevo bloqueo para la producción de empresas locales.
Con la economía real que muestra signos de recuperación letárgica, cualquier ruido genera más tensión y preocupación. Y es lo que se vive en las últimas semanas y en particular en la que acaba de pasar.
La política de intercambio del gobierno nacional, bajo el liderazgo del Ministro de Economía Luis “Toto” Caputo y el Presidente del Banco Central, Santiago Bausili, entraron en una fase de tensión máxima. El objetivo central todavía está anclando el dólar y que contiene inflación, pero los instrumentos elegidos: envío de encaje bancario, endurecimiento de las condiciones de liquidez y las ubicaciones de la deuda con un bajo nivel de renovación, han dado como resultado un abrupto aumento de crédito.
En los últimos días, el mercado interbancario fue la escena de las tasas de ciones que alcanzaron los picos anuales del 80%, una cifra que incluso sorprendió a los operadores más experimentados. Por lo tanto, para las PYME y los consumidores, el golpe fue inmediato: mayores costos para financiar el capital de trabajo, aumentar los préstamos personales y una caída en la oferta de crédito.
El diagnóstico de tablas
Este nuevo escenario que enfrenta la economía real se desplegó después de la modificación central de modificar el esquema de la regulación bancaria y buscó fortalecer el compromiso antiinflado, pero terminó acelerando un mecanismo de “vacío) de pesos que dejó a las entidades en un estado defensivo. Que resultó en una reacción de la precaución de los bancos que se trataron de que se tratara de liquidez sobre el crédito productivo.
En un diálogo con el perfil Córdoba, un ejecutivo senior de un banco con una fuerte presencia en Córdoba describió la secuencia como un error de lectura de tiempo y conveniencia. “El primer recorte fue en julio, con el desembolso del FMI. Desde allí vinieron medidas sin considerar su impacto en el sistema. Eliminan la última instancia prestación que existe hace 80 años y nos dejan en la bolsa. El sistema se pone nervioso y hoy estamos en la cima del estrés”.
El banquero admite que el endurecimiento no solo enfría el crédito, sino que también genera un círculo vicioso: “El que puede pagar no toma crédito a esta tarifa, y el que toma es el de Bord. Para el ejecutivo está claro que estamos viendo un resurgimiento con los errores de la gestión de políticas económicas que se vivieron en la segunda mitad del gobierno de Macri.
El efecto en la economía real
Para el consultor de inversiones y el director de Focus Investment, Nicolás Alfonso, el incentivo actual es claro: permanecer en pesos. “Con una tasa del 50% al 60% del rendimiento, el dólar en diciembre debe ser de $ 1,700. Eso desalienta la compra de dólares y cualquier otro activo. El problema es que la tasa también mata al mercado: no hay incentivos para invertir en la economía real porque los proyectos dan un valor de corriente neta negativa”.
En el diálogo con el punto y el programa separado, Point to Point Radio (90.7) Alfonso advierte que estos superiores terminan afectando a toda la cadena: “El tipo que golpea los ladrillos, el burlón, el lechero … todos sienten el freno. Con este nivel de control de tasa e intercambio, no hay forma de que los flujos cercanos a invertir”.
En el plano de las PYME, el impacto es directo. Según el ejecutivo bancario local, las grandes empresas pueden soportar más, pero no son inmunes: “Las empresas importantes han caído en Córdoba en los últimos años. Con este nivel de tarifas no solo enfrentamos un problema para las PYME. Es grave para todo el sistema de producción”.
El “único objetivo” y sus riesgos
Para los movimientos de los últimos meses, lo claro es que el gobierno parece priorizar dos variables: que los pesos no van al dólar y que los dólares no van a los precios. “El crecimiento económico no es una prioridad”, resumió el ejecutivo del banco que habla diariamente con las PYME y eso cuestiona la insistencia oficial de exprimir el torniquete: “Cuanto más tos sean, más ruidoso será, no solo en la economía, también en el electoral”.
En este punto, las similitudes con 2017 perturban a los operadores. “Es el mismo equipo económico, con diferentes roles, que ya probaron esta receta y salieron mal. Luego hubo crédito externo; hoy, no”, advirtió el ejecutivo. En un contexto global adverso para los mercados emergentes, Argentina también enfrenta importantes vencimientos de la deuda el próximo enero.
Precios, dólar y tarifas: un delicado saldo
En este contexto, se respalda el valor de la moneda que monitorea a Caputo y Bausili, pero a expensas de los trajes de pago. El esquema, por el momento, mantiene el tipo de cambio estable e incluso con un ligero bajo, pero esa calma tiene un alto costo: distorsiones en el mercado crediticio, concentración comercial financiera y un clima de parálisis de inversión.
Alfonso señala que el punto de equilibrio del dólar, sin acciones, podría ser de alrededor de 1.320 pesos, en sintonía con el valor de las últimas rondas. Sin embargo, las restricciones reducen la demanda genuina y permiten a las autoridades mantener el precio controlado, reforzando el compromiso con el peso.
El componente político y el calendario electoral
Un punto crucial en cada análisis sigue siendo que el intercambio y el problema monetario no ocurren en el vacío. Con las elecciones legislativas en la cerca cercadas, la estrategia económica inevitablemente tiene un componente político. Alfonso lo admite: “Si después de octubre hay movimientos contra las políticas económicas del gobierno, se pueden romper los mecanismos que han estado operando durante mucho tiempo, con efectos negativos en la producción y el empleo”.
El analista también enfatiza que los progresos de la libertad serán la única fuerza con las listas en todas las provincias, lo que le da una ventaja en el Congreso. Sin embargo, las provincias como Córdoba mantienen una fuerte identidad política y económica, y podrían marcar límites a la “Fase Dos” del ajuste si consideran que perjudica sus intereses.
El ejecutivo bancario, por otro lado, anticipa que si no hay cambios en la política monetaria, el ruido electoral será inevitable: “Cuando esté equivocado, es mejor revertirse. Si aún presiona, el costo no solo será económico”.
En el día a día, lo que se ve es que la prensa entre la política de intercambio y la necesidad de crédito productivo se ha convertido en uno de los ejes centrales de la situación económica. La estrategia de Caputo y Bausili mantiene el dólar bajo control, pero a un costo creciente: tarifas prohibitivas, frenos de crédito y un sistema financiero retraído sobre sí mismo. En la cuenta regresiva para octubre, el desafío será mantener el intercambio de calma sin sofocar la reactivación económica.