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Trump le da un ultimátum a Sánchez: el gobierno de Frankenstein tiene hasta fin de mes para rescindir los contratos con Huawei

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La cosa va de espías.

La relación entre España y Estados Unidos está pasando por uno de sus momentos más tensos desde la entrada del país a la OTAN.

El presidente Donald Trump ha lanzado un ultimátum inédito al Gobierno de Pedro Sánchez: si antes del final del mes no termina los contratos con Huawei, Washington reducirá drásticamente el flujo de inteligencia compartido, esencial para la cooperación en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado y las amenazas cibernéticas.

El desencadenante ha sido el premio por el Ministerio del Interior español de un contrato valorado en 12.3 millones de euros a la compañía china para suministrar servidores y servicios de consultoría, con el objetivo de administrar y almacenar la escucha judicial en España.

Una decisión que ha activado todas las alarmas en la capital de los Estados Unidos y en los principales cancilleres europeos.

La inquietud no es nueva. Estados Unidos ha estado promoviendo el veto a Huawei en infraestructuras críticas, argumentando riesgos de espionaje y filtración de datos confidenciales al Partido Comunista Chino.

En el caso español, la preocupación se agrava por ser información judicial e inteligencia altamente estratégica.

Espionaje, presión diplomática y advertencia europea

El director de inteligencia nacional de EE. UU., Tulsi Gabbard, ha abierto una investigación formal sobre los contratos entre España y Huawei. En una carta a las autoridades españolas, advierte que, si se mantienen los acuerdos, la cooperación de inteligencia podría reducirse a mínimos históricos, lo que afecta la seguridad de las operaciones de OTAN conjuntas y el acceso a información sobre amenazas internacionales.

La presión no solo proviene de Washington. La Comisión Europea ha insistido en la necesidad de excluir a Huawei del núcleo de las redes 5G y cualquier infraestructura sensible, subrayando el riesgo de que la compañía actúe como un brazo tecnológico del gobierno chino.

Para agregar picante al asunto, la embajada china en Madrid ha denunciado la “intimidación” de los Estados Unidos y defiende que Huawei cumple con todas las leyes españolas, acusando a Washington a difamar y restringir injustamente la competencia china. Una tira geopolítica y se afloja con España como un campo de batalla inesperado.

Un contrato controvertido, seguridad nacional y aliados en pie de guerra

El contrato con Huawei implica que la compañía tendrá acceso al almacenamiento y gestión de oyentes telefónicos autorizados judicialmente, un material sensible que administra tanto las fuerzas de seguridad como los servicios de inteligencia españoles. El Ministerio del Interior defiende que el premio cumple con la legislación actual y que la oferta de Huawei fue la más económica, pero la ausencia de cláusulas de seguridad específicas ha generado serias dudas entre los expertos en ciberseguridad y los aliados occidentales.

El problema va mucho más allá del precio: el acceso de una empresa bajo el control chino a los datos judiciales e inteligencia preocupa enormemente a los responsables de los Estados Unidos y Europa. Temen que, según la Ley de Inteligencia China, Huawei pueda verse obligado a proporcionar cualquier información que el Partido Comunista considere relevante para sus intereses.

Negocios, Lobbies y PSOE en La Diana

El escándalo ha salpicado completamente las figuras históricas del socialismo español. El partido popular ha exigido explicaciones inmediatas al ejecutivo de Sánchez, señalando la posible participación de José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco (también conocido como “Pepiño”), vinculado al lobby acento, que habría jugado un papel clave en la estrategia de Huawei en España.

No solo eso: Zapatero presionó a Telefónica para abrir 5G a la empresa china y, según varias investigaciones, tanto él como su entorno han actuado como un puente entre los intereses comerciales chinos y el gobierno español. Además, la Agencia de Comunicación de Hijas de Zapatero vino a trabajar para Huawei en España, mientras que el ex jefe de seguridad de Zapatero en Moncloa ahora aparece en la nómina de la tecnología china.

El Gate Center, grupo de expertos promovido por Zapatero y financiado por empresarios chinos, también se ha convertido en un objeto de CNI Care, en un contexto en el que las relaciones entre el PSOE y el régimen de Beijing generan preocupación entre los servicios de inteligencia española y sus socios internacionales.

El gobierno responde: legalidad, precio y … silencio

El ejecutivo de Sánchez justifica el premio a Huawei por criterios estrictamente económicos y de legalidad: la oferta fue la más barata y cumplió con las regulaciones actuales. Sin embargo, el hermetismo sobre las medidas de seguridad aplicadas y la falta de respuesta de instituciones como el Instituto Nacional de Ciberseguridad solo han aumentado la desconfianza pública.

Mientras tanto, la diplomacia española intenta meter la tormenta. La reciente visita de Sánchez a Beijing para reforzar la relación bilateral con China y la apertura de España a las inversiones en sectores estratégicos, como los vehículos eléctricos y la energía renovable, ha irritado aún más a Washington y Bruselas, que se ven en estos movimientos una salida de las líneas duras adoptadas por otros socios europeos contra la tecnología china.

El calendario y la cooperación endurecedor llegan a un hilo

El ultimátum de Trump marca un punto de inflexión. Si el gobierno español no rompe con Huawei antes de fin de mes, Estados Unidos limitará el intercambio clave de inteligencia para la seguridad de España y Europa. Esto afectaría directamente la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado y la protección de las bases militares compartidas en el territorio español, en un momento en que la cooperación internacional es más crucial que nunca.

La decisión de Sánchez será observada al milímetro por Washington, Bruselas y Beijing. Mientras tanto, la controversia sobre los lazos de PSOE con Huawei y el papel de figuras como Zapatero y Pepiño Blanco agrega un toque de telenovela política a una crisis geopolítica de primer orden. En estos tiempos, el espionaje ya no lleva a Gabardina: ahora se llama “servidores de nubes” y “consultoría tecnológica”. El suspenso continúa, y en esta serie, el próximo capítulo puede cambiar el guión de la seguridad occidental.

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