Teherán: a medida que el mundo se prepara para marcar 80 años desde los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, Irán está pidiendo a Japón que une fuerzas en un nuevo impulso para eliminar las armas de destrucción masiva (WMD) de una vez por todas.
En un sincero artículo de opinión publicado en Asahi Shimbun de Japón, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Seyyed Abbas Araghchi, provocó paralelos entre el sufrimiento de las dos naciones: Japón, el único país para soportar ataques nucleares e Irán, víctima de la guerra química durante la brutal guerra de Irán-Iraq.
“Nadie entiende los horrores de estas armas mejor que nosotros”, escribió Araghchi. “Las ciudades de Japón fueron borradas en un instante. Nuestra gente todavía tiene las cicatrices del gas venenoso de Saddam. Si alguna nación tiene la autoridad moral para exigir el desarme, somos nosotros”.
Estados Unidos lanzó bombas atómicas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, matando instantáneamente a un estimado de 140,000 y 74,000 personas, respectivamente. Muchos más murieron en los siguientes meses y años por enfermedad de radiación, quemaduras y cánceres. El régimen de Saddam Hussein, respaldado por los poderes occidentales, atacó repetidamente soldados y civiles iraníes con armas químicas durante su invasión de Irán en la década de 1980, utilizando gas mostaza y agentes nerviosos. Uno de los ataques más mortales ocurrió en Sardasht (1987), donde los aviones de combate iraquí arrojaron bombas químicas en un área residencial, matando a 130 civiles e hiriendo a miles, muchos con discapacidades permanentes. Irán estima a más de 100,000 víctimas de ataques químicos, con sobrevivientes que aún sufren enfermedades respiratorias, ceguera y cánceres hoy.
En otra parte de su artículo de opinión, el Ministro no se detuvo en condenar al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien recientemente comparó los ataques usraelíes en las instalaciones nucleares de Irán con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. “Equipar nuestros sitios nucleares pacíficos, monitoreados por inspectores internacionales, con la matanza indiscriminada de los civiles no solo está equivocado. Es un insulto a la memoria de cada vida perdida”, dijo Araghchi.
Araghchi se desempeñó como embajador de Irán en Japón de 2008 a 2011 y se cree que mantiene estrechos vínculos con las élites académicas y de medios del país.









