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Martín Guzmán cuestionó la legitimidad del acuerdo con el FMI

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El ex Ministro de Economía, Martín Guzmán, cuestionó el nuevo acuerdo de financiación que el gobierno busca especificar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese sentido, advirtió que, si la organización internacional lo aprueba, “reforzaría aún más la percepción de que es un préstamo para fines políticos y dañará seriamente su credibilidad global”.

Sus declaraciones tuvieron lugar en un evento organizado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales en el Vaticano. Fue la sesión sobre economía fraterna y financiamiento para el desarrollo de la ONU, que tuvo lugar este martes y miércoles. Durante su discurso, Guzmán habló sobre “los riesgos que implican para el futuro del financiamiento multilateral de las negociaciones en curso entre Argentina y el FMI”.

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Al comienzo de su exposición, recordó que “Argentina es el deudor más grande en el FMI: aproximadamente el 30% del crédito total del fondo está comprometido con Argentina”. En ese sentido, argumentó que el país debe 31,100 millones de derechos especiales de giro (DEG), más de un total de 102.8 mil millones de grados en créditos activos del FMI.

El ex ministro dijo que el endeudamiento con el fondo se originó en 2018, durante la gestión de Mauricio Macri, cuando la agencia “otorgó el préstamo más grande en su historia a un solo país: casi 45,000 millones de dólares fueron desembolsados ​​de un total aprobado de 57,000 millones”. Sin embargo, señaló que los desembolsos fueron interrumpidos cuando el fallo perdió las elecciones primarias de 2019.

Según Guzmán, una parte importante de estos fondos, “alrededor de 24,000 millones de dólares”, se asignó al escape de capital y el pago de “bonos soberanos insostenibles” (21 mil millones de dólares), lo que llevó a un reestructuración posterior en 2020 “. El IMF en sí mismo reconoció en diciembre 2021, a través de la evaluación ex-Post de la evaluación del programa correspondiente a la acuerda de 2018 que falló en 2018. Debería haberse implementado en la cuenta de capital para evitar financiar una fuga de capital con fondos del fondo “, dijo.

Agregó: “También se señaló que una reestructuración de la deuda debería haberse llevado a cabo, para no usar fondos del FMI para pagar una deuda privada insostenible. Ese préstamo fue ampliamente percibido como un préstamo político. Estos son los primeros datos clave del contexto”.

Críticas a las políticas de Javier Milei: “Ancla nominal para contener la inflación” y la promoción del comercio de transporte

Además de esto, cuestionó las políticas del Gobierno de Javier Milei, acusándolo de “usar el tipo de cambio como un ancla nominal para contener la inflación” y fomentar el “comercio de transporte”, una estrategia especulativa que, como se explicó, en los últimos quince meses, otorgó un rendimiento del 43% en dólares. Sin embargo, según el ex ministro, estos fondos no se asignaron a inversiones productivas, sino que se alimentaban de “especulación financiera a corto plazo”.

“Ahora estamos viendo una reversión de estos flujos. Dada esta situación, el gobierno argentino busca un nuevo préstamo del FMI, con la intención de usar fondos para intervenir en los mercados de cambio, en la costa de aumentar el endeudamiento del país”, dijo. En esa línea, denunció que esta decisión tiene una clara experiencia política debido a la proximidad de las elecciones legislativas, ya que “el valor del dólar suele ser un factor clave en las perspectivas electorales del partido gobernante”.

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Para el ex ministro, la política de generar un nuevo acuerdo con el FMI era “unilateral del gobierno”, generando “rechazo dentro del sistema político”: “Tres senadores enviaron una carta al director gerente del FMI y los 24 miembros del Junta Ejecutiva del Fondo, advirtiendo que el préstamo en estas condiciones irregulares en estos Programa IMF, que implementa el Acceso EXCEPTAL DEL IMF, que requiere un amplio apoyo político e institucional.

En este sentido, declaró que los legisladores “advirtieron que una violación de ese criterio haría que el préstamo se considerara ilegítimo”. “Muchos de nosotros compartimos esa preocupación, especialmente porque el Ministro de Economía reconoció públicamente que la verdadera razón de la DNU era la falta de mayoría en el Senado, y no una emergencia real”, agregó. “En otras palabras, el gobierno no logró reunir el apoyo político necesario para autorizar un nuevo préstamo que se utilizaría para financiar una nueva salida de capital y agravar la carga de la deuda con el fondo para las generaciones futuras”, lanzó.

Otro de los problemas en los que advirtió Guzmán fue la solicitud del gobierno argentino para recibir el 75% del nuevo préstamo en un solo desembolso: aproximadamente 15,000 millones de dólares de los 20,000 millones planificados. En ese punto, cuestionó la necesidad de una inyección tan grande de liquidez si los pagos al FMI solo se reanudan en 2026. “La conclusión lógica es que el gobierno busca liquidez inmediata para intervenir en el mercado de cambio. Si el FMI aprueba esto, reforzaría aún más la percepción de que es un préstamo para fines políticos”, dijo.

También indicó que el aumento en el endeudamiento con el FMI dificultará el acceso de Argentina a los mercados crediticios en el futuro: “Cuando un país tiene una deuda significativa con el Fondo, eso desalienta a otros prestamistas a ofrecer financiamiento, ya que permanecerían segundo en la fila de cobro. Por lo tanto, este nuevo préstamo no solo perjudicaría a los Argentinos de su deuda en la deuda extranjera con acreedores privados”.

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Finalmente, Guzmán advirtió sobre el impacto global de una nueva intervención política del FMI en Argentina. Según él, un préstamo de estas características cuestionaría la misión de la agencia para asistir a los países con pagos de pagos y podría interpretarse como un apoyo explícito para el gobierno actual, especialmente después de las advertencias de ciertos sectores de la política en la que “cualquier nuevo desembolso se considerará ilegítimo”.

“Esto dañaría seriamente la credibilidad global del FMI. Y ese no sería el único daño. Un préstamo motivado políticamente agregaría riesgo a la cartera de antecedentes, reduciendo su capacidad para responder a la crisis en otros países. Comprometería su misión principal: asistir a los países que enfrentan las crisis salariales. Por eso el mundo debería prestar atención a lo que está sucediendo”, concluyó.

MB / TU