El gobierno avanza formalmente con el proceso de privatización del agua y el saneamiento Argentines SA (AYSA). A través de una DNU publicada en la Gaceta Oficial, el martes modificaron el marco regulatorio de la Compañía y habilitaron la venta de acciones, la entrada de capital privado en la Compañía y los recortes del servicio por falta de pago.
Las regulaciones modifican el Artículo 2 del decreto No. 304/06donde se estableció que el 90% del capital de AYSA pertenece al estado y siempre que estas acciones “no fueran transferibles y que esta proporción no puede disminuir como consecuencia de cualquier operación social”.
Con el cambio regulatorio se determinó que “el Estado nacional puede deshacerse total o parcialmente de su participación en la participación”. De esta manera, la privatización de los proveedores de servicios de agua y alcantarillado en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) fue permitida y avanzada de la mano para ser transferidos a un privado.
Poderes incorporados
Del mismo modo, se agregaron una serie de nuevas autorizaciones para la gestión de la compañía concesionaria, destacando la posibilidad de interrumpir el suministro del servicio prestado antes de las deudas de los clientes, más facultades para revisar y auditar, desde el punto de vista técnico, todas las obras que se ejecutan dentro del área regulada.
Los fondos de la explotación del contrato de concesión para garantizar el reembolso del financiamiento para la provisión del servicio público también pueden constituir como garantías. Con la reforma del marco regulatorio, el Ejecutivo confió a la Agencia de Planificación (APLA) para crear un plan de gestión de mejora estratégica que “tenga como objetivo establecer las directrices y estrategias técnicas para el desarrollo de los trabajos básicos de infraestructura que permitan la expansión y la extensión del servicio público a través de la programación y las obras de proyectos, las fuentes financieras y las entidades de ejecución”.
En el texto oficial, el gobierno argumentó los cambios que aseguran que “el diseño del régimen actual no se ajuste a las necesidades actuales de expansión, sostenibilidad y eficiencia que brinda el servicio, habiendo sido concebido para un modelo de gestión estatal que no contempla las condiciones necesarias para promover nuevas inversiones y expandir la cobertura”.
También señalaron que “esta medida está dictada en un contexto de una crisis económica profunda que limita severamente la capacidad del estado para mantener y expandir la provisión del servicio público” y que “se evidencia, entre otros aspectos, en la creciente deterioro operativo y financiero de las argentinas de agua y saneamiento, cuya estructura actual es insuficiente a las crecientes demandas de cobertura de cobertura, calidad y sostenibilidad”. “.









