El gobierno de los Estados Unidos abrió una investigación formal contra Brasil el martes por presuntas prácticas comerciales injustas que, según Washington, dañarían a las compañías digitales estadounidenses, exportadores agrícolas y productores de biocombustibles. El anuncio fue hecho por el representante comercial Jamieson Greer, quien explicó que la medida fue ordenada por el presidente Donald Trump en respuesta a las barreras regulatorias que obstaculizan el comercio entre los dos países.
Brasil bajo la lupa de obstáculos a los servicios digitales
Uno de los enfoques principales del reclamo está en las restricciones al comercio digital. Washington cuestiona las regulaciones brasileñas que afectan el funcionamiento de las plataformas tecnológicas estadounidenses, como en el caso de la suspensión de Rumble, después de que se negó a eliminar el contenido indicado como información errónea. Según la declaración oficial, estas acciones violan la libertad comercial y representan un freno en el desarrollo del ecosistema digital regional.
La investigación se basa en la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, una herramienta legal que permite a la Casa Blanca tomar medidas unilaterales si detecta prácticas que dañan el comercio exterior estadounidense. Greer dijo que el objetivo es “proteger a nuestras empresas, trabajadores, agricultores e innovadores tecnológicos de acciones injustas o arbitrarias”.
#MUNDO Estados Unidos abrió una investigación a Brasil por sus prácticas y supuestos comerciales “ataques” a “compañías de redes sociales”.
“La investigación buscará determinar si las actos, políticas y prácticas del gobierno brasileño se relacionan con el … pic.twitter.com/m3oogc7acb
– Último horachacol (@ultimahoracr) 16 de julio de 2025
Tensiones arancelas, propiedad intelectual y ambiental
Otro punto de conflicto es el régimen arancelario preferencial otorgado por ciertos países sin criterios claros. Según la oficina del representante comercial (USTR), esto genera una competencia injusta que deja a los productores estadounidenses. Además, se cuestiona el debilitamiento del marco legal vinculado a la propiedad intelectual, señalando “fallas significativas” en su aplicación y control.
La ofensiva comercial también incluye reclamos por las nuevas tarifas impuestas al etanol estadounidense, un producto que anteriormente ingresó con cero tarifa. La Casa Blanca argumenta que estas tasas no se aplican a otros países de exportación y afectan la competitividad del biocombustible estadounidense.
En asuntos ambientales, el documento acusa al Gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva de no aplicar de manera efectiva las leyes que buscan detener la deforestación ilegal. Esto afectaría, según los Estados Unidos, en productos de madera y agrícola, permitiendo prácticas que reducen los costos de producción brasileños a costa de los laxos estándares ambientales.
El fondo político refuerza el tono del conflicto. La semana pasada, Donald Trump Describió como una “caza de brujas” el proceso judicial contra el ex presidente Jair Bolsonaro por su intento de revertir los resultados electorales de 2022. En una carta enviada a Lula, el presidente de los Estados Unidos advirtió que los aranceles del 50% podrían entrar en vigor a las importaciones brasileñas si no se llega a un acuerdo antes del 1 de agosto.
La investigación contra Brasil podría subir en las próximas semanas si no hay señales de rectificación. Desde Washington ya anticiparon que las medidas correctivas se contemplan si las prácticas comerciales injustas persisten que, como mantienen, poner en riesgo la relación bilateral y el equilibrio competitivo en los sectores clave para la economía de los Estados Unidos.









