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El periodista Mario Mactas murió

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El periodismo argentino es de luto. Mario Mactas, una de las voces más únicas y profundas del oficio, murió este sábado a los 80 en Buenos Aires. Fue admitido en la Fundación Favaloro para una imagen de neumonía. La noticia fue confirmada por la señal TN, donde mantuvo su columna emblemática “The Macas” Touch.

La conmoción debido a su partida recorrió rápidamente escritos, estudios de radio y pantallas de televisión. En vivo, su colega Gustavo Tubio lamentó la muerte: “Era un pensador, un hombre de cultura, un guionista de cine. Duele nuestra alma tener que dar estas noticias”. Guillermo Labo agregó: “Estaba afectado por diferentes problemas de salud, pero continuó llegando porque era su vida, su pasión”.

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El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.

Una trayectoria tan extensa como diversa

Nacido el 13 de agosto de 1944 en Carlos Casares, Mactas tenía una trayectoria que cubría más de 60 años. Era un gráfico, radio, televisión, guionista, escritor y periodista polémico. Se unió a los equipos de revistas como People and Satiricón, fue director de la Gazeta semanal ilustrada en España y guionista de televisión con figuras como Paco Urondo y Aída Bortnik.

Satiricón. Octubre de 1973.

Sus comienzos se remontan a las revistas colegiales en cuanto a hoy, donde compartió la escritura con Pablo Gerchunoff, Rolando Hanglin y Mario Sábato. Más tarde, en Satiricón, dejó una marca con columnas como “contra todas las formas de opresión”, que combinaban crítica social, literatura y humor, y lo posicionó como una empresa distintiva de su tiempo.

Exilio y regreso

En 1977, Mactas fue secuestrado con Oskar Blotta en el marco del terrorismo estatal. Después de ser liberado, exilió por primera vez en Colombia y luego en España, donde desarrolló una nueva etapa profesional. Vivió más de una década en el extranjero, trabajando en medios y escribiendo libros. A su regreso a Argentina en 1988, se reunió nuevamente con una realidad diferente, pero su voz volvió a establecerse fuertemente en el debate público.

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Un estilo inconfundible en todos los medios

MACTAS era una cifra transversal para generaciones. En la radio, dejó una marca con programas como First Hand, The Bridge y especialmente el Cat y el Fox, al lado de Hanglin, donde el humor, la cultura y el absurdo cruzaron naturalmente. En la televisión brillaba con “The Macas Touch”, una columna de opinión cargada de elegante ironía, silencios precisos y un tono que esquivó el Rumble.

Su estilo era sereno pero agudo, culto pero accesible, y se caracterizó por una ironía sin crueldad. Rechazó el lugar común y la corrección política. Como él escribió una vez: “Hice mi vuelo y mejora existenciales, lanzé peso, escribí como un comercio y destino, viajé mucho, reproducí con la felicidad indescriptible”.

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Literatura, reconocimiento y legado

También desarrolló una carrera literaria sólida, con títulos como el enano argentino, el amante del psicoanalista, los monólogos rabiosos y, al igual que las piernas de mi amado temblan. Su prosa reunió ensayo, ficción y crítica, con un tono que osciló entre lo poético y lo sardónico.

Konex 2007. Mario Mactas Awards (desde la izquierda)

Fue galardonado con el Premio Konex en 2007 por su trayectoria de radio y declaró una personalidad sobresaliente de la cultura por la legislatura de Buenos Aires. En 2024, su hija Mariana Mactas se estrenó en El Bafici, el documental Una Mario, una carta de amor audiovisual que reconstruye su vida y legado.

Portada del documental “Una Mario”, de Mariana Mactas.

Padre de cuatro hijos, se casó cuatro veces y mantuvo su vínculo con los medios de comunicación hasta sus últimos días. Su voz tranquila, su elegante humor y su mirada inquisitiva en el mundo le hicieron una referencia difícil de reemplazar. En tiempos de estridencia y opinión rápida, Mactas representaba otra forma de comprender el periodismo: más reflexivo, más literario, más humano.

La estrategia premeditada de odio y crueldad

Mario Mactas murió, pero su trabajo, su estilo y su ejemplo permanecen. El periodismo argentino pierde uno de su último gran auto -enseñanza.

Dar/dcq

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