En la parte trasera de este miércoles 9 de julio, Eurico Campano analiza con el vicecretario del PP en el país vasco, Carlos García, y con el analista político Ángeles Ribes Ribes todos los escándalos de corrupción del gobierno de Pedro Sánchez que el PSOE ha intentado cubrir, justificando o eliminando, que no son pocos.
Y es que la política española, un experto en escándalos con su propio nombre, vive en estos días una nueva edición de su serie negra particular. Pedro Sánchez, presidente del gobierno, ha dejado las acusaciones de “mafia” lanzadas por la oposición, especialmente por Santiago Abascal de Vox, quien no ha dudado en describirlo públicamente como un “mermelada de la mafia” y predecir un futuro rayado. El presidente, lejos de la amilasting, niega categóricamente cualquier implicación en las parcelas ilícitas y defiende la limpieza y las espadas de PSOE. Sin embargo, el General Moche se escobilla incluso en los pasillos del Congreso y las Redes Sociales, donde el hashtag #Mafiososánchez se ha convertido en una tendencia.
El entorno, más típico de una tragicomedia italiana que del Congreso de Diputados, refleja la gravedad de las acusaciones: desde presuntas mordeduras hasta favores y empresarios relacionados, a través de fugas interesadas y renuncias fulminantes. La sombra alargada de la corrupción planea nuevamente el ejecutivo cuando los ecos del caso Koldo o el escándalo de Ábalos aún no se han extinguido.
Las acusaciones: entre la queja y el programa
En esta ocasión, la retórica parlamentaria ha alcanzado niveles inusuales. El propio Abascal exigió una moción de censura apoyada por “al menos dos diputados más”, incluso invitando a “quién es quien sea”, en un gesto que combina la desesperación y el cálculo político. El partido popular tampoco se ha quedado corto: su portavoz parlamentario no dudó en cruzar el gobierno de la “organización criminal”, mientras que Feijóo recurrió al término “capo” para referirse a Sánchez.
La comparación con la mafia siciliana ya no es solo el patrimonio nacional. El prestigioso periódico británico The Times dedicó un editorial devastador apodado Sánchez como “Don Teflón”, refiriéndose al mítico gángster John Gotti y su capacidad para esquivar cualquier responsabilidad judicial. “El partido ha terminado para el primer ministro español”, dijo el periódico, reclamando una mayor transparencia y gobernanza para España. Si lo dicen al inglés …
Respuesta de Moncloa: bunkerización y negación
Lejos de romperse, Sánchez se atrinchera en Moncloa y está comprometido con la estrategia de silencio selectivo. Mientras que de su entorno acusan a grandes empresarios de orquestar una “campaña de la mafia” para desgastar al ejecutivo, con filtraciones diarias y medias verdades, el propio presidente evita responder directamente a las pulgas y prefiere anunciar medidas anti -corrupción como firewalls antes del incendio político.
Por supuesto, no hay falta de renuncias sólidas: Santos Cerdán, ex PSOE tres, cayó de manera satisfactoria después de estar involucrado en una supuesta red de comisiones ilegales vinculadas a contratos públicos. El juez atribuye un papel central con el ex ministro Ábalos y Koldo García; Todos ellos, piezas clave en un tablero donde cada movimiento se sigue con una lupa de medios.
El gobierno insiste en que no hay evidencia judicial contra Sánchez o contra los miembros actuales del Ejecutivo o el Partido Socialista. Por supuesto, piden paciencia, y renuncia, a aquellos que esperan respuestas contundentes: “abandonan toda esperanza”, Óscar López, la mano derecha del presidente, invocando a Dante Alighieri y su comedia divina.
Opinión pública: Entre Hard y Chascarrillo
Mientras tanto, la ciudadanía asiste entre indignación y humor negro. Los memes sobre “Don Pedro” circulan a velocidad de vértigo. Las reuniones políticas están llenas de referencias cinematográficas: “el Padrino”, “uno de los nuestros”, e incluso algunos diputados bromean con la solicitud de protección policial en lugar de comisiones parlamentarias.
El uso institucional es evidente: las encuestas reflejan una desconfianza creciente de las partes tradicionales. Sin embargo, Sánchez mantiene un núcleo duro fiel y trata de reconstruir puentes con sus socios a través de nuevas promesas anti -corrupción que se anunciarán en la sede parlamentaria esta semana.
Detalles curiosos para los mitólogos políticos
La prensa internacional ya compara abiertamente a Pedro Sánchez con gángsters históricos; Ser apodado como John Gotti por The Times no es algo que suceda todos los días para un líder europeo. Privados, miembros del PSOE reconocen que las explicaciones oficiales son tarde y malas; Por supuesto, argumentan que las acusaciones son más que se muestran los medios que la realidad judicial. La cita literaria más repetida en estos días en los pasillos del Congreso no proviene de Ortega o Unamuno, sino de Dante: “Abandon la esperanza de los que ingresan”. La política española nunca pierde su sentido del humor … ni siquiera cuando Troy arde.