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En España, la idea de ser parte de la clase media todavía está arraigada.
Según los últimos estudios del Centro de Investigación Sociológica (CIS) y las organizaciones internacionales, casi el 60%, en concreto, el 59.63%, de la población se identifica como parte de este grupo social.
Esta figura revela una autopercepción colectiva que va más allá de los números simples: responde a aspiraciones, expectativas y, en muchos casos, al deseo de estabilidad que históricamente ha definido el tejido social español.
Sin embargo, la definición técnica de clase media no siempre coincide con esta autopercepción.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) coloca el umbral entre aquellos que ganan entre el 75% y el 200% del ingreso mediano nacional. Para 2025, esto implica recibir entre 1,343 y 3,581 euros por mes. Debajo de ese ingreso, se habla de clase baja; Arriba, se accede a la clase alta.
El contexto económico: inflación y poder adquisitivo
El panorama económico español ha cambiado significativamente en la última década. El aumento en el costo de la vida, especialmente en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, junto con la inflación persistente, está erosionando el poder adquisitivo incluso dentro del rango definido como clase media. El precio de los bienes básicos, la vivienda y los servicios ha aumentado fuertemente, lo que lleva a muchas familias a ajustar su presupuesto de mes por mes.
Algunos datos recientes:
El ingreso medio mensual en España está actualmente en 1.790 euros. Un trabajador necesita ganar al menos 1.343 euros para no considerarse una clase baja. Para superar el umbral de clase media y considerarse de la clase alta, es necesario ingresar más de 3,581 euros por mes.
El aumento de los precios ha hecho que pertenecer a la clase media ya no sea necesariamente un nivel de vida cómodo. Muchas casas deben sacrificar ahorros o calidad de vida para mantener su estatus.
¿Por qué tantos se consideran de clase media?
El fenómeno tiene raíces culturales e históricas. En la década de 1990, la clase media involucró la estabilidad del trabajo, el acceso a la vivienda en la propiedad, las posibilidades de ahorro real e incluso las vacaciones anuales aseguradas. Hoy, estas condiciones son menos frecuentes.
Algunas razones por las cuales la mayoría continúa identificándose con este grupo:
El término “clase media” transmite el Seguro Social y la integración. Existe una percepción colectiva de que estar fuera del extremo inferior o superior ya está en el centro.
Aun así, los expertos señalan que parte del “privilegio” que anteriormente era típico del centro social ahora pertenece a la clase alta: acceder a su propia vivienda o disfrutar de ocio sin endeudamiento son lujos cada vez menos accesibles para aquellos que están dentro del rango teórico promedio.
El efecto de “espejismo” y los desafíos actuales
La auto -percepción no siempre encaja con la realidad material. En muchos casos:
Los hogares con ingresos algo más altos que el umbral mínimo deben enfrentar hipotecas o alquileres altos. La presión fiscal y la falta de ajuste de IRPF contra el aumento salarial han disminuido la capacidad de gasto real. Los expertos advierten sobre el aumento en el endeudamiento entre las familias medianas españolas.
Los datos del Banco de España muestran que, aunque en 2024 hubo cierto alivio debido a una caída en la relación deuda de hasta 67.9%, las perspectivas siguen siendo inciertas para aquellos que intentan mantener su estado sin perder la calidad de vida.
Umbrales económicos: una tabla de orientación
Categoría de empleo mensual (2025)% en alquiler
Estos límites marcan las diferencias económicas, pero también reflejan una sociedad donde la movilidad social es cada vez más complicada.
Expectativas frustradas y adaptación social
La sensación generalizada es que pertenecer a la clase media hoy exige más esfuerzos que nunca. Fuerzas de inflación sostenidas para renunciar a ciertos lujos, incluso necesidades, que estaban al alcance. Además:
El acceso al mercado inmobiliario ha sido restringido para muchos jóvenes y familias. Los ahorros resenten el aumento continuo en el costo vital básico. Las expectativas sobre la movilidad social ascendente se han debilitado en comparación con las generaciones anteriores.
La OCDE advierte que si esta tendencia continúa, podríamos ver una reducción progresiva del tamaño real, y no solo percibido, del grupo central en España.
Mirando hacia el futuro
El debate sobre lo que significa ser “clase media” no solo es económico: es social y cultural. Los datos muestran que casi seis de cada diez españoles continúan creyendo que son parte del centro social. Pero los desafíos económicos actuales obligan a repensar tanto las expectativas como las estrategias familiares para garantizar el bien estable.
Mientras tanto, los conceptos como la estabilidad del trabajo o el acceso a la vivienda, paneles históricos del centro, parecen cada vez más distantes para muchos españoles que se reconocen como la clase media pero luchan día tras día para mantener ese estado.
Autor
Alfonso Rojo
Alfonso Rojo, director de periodista digital, abogado y periodista, trabajó como corresponsal de guerra durante más de tres décadas.