Teherán, aunque la Guerra de Irán-Israel comenzó en las primeras horas del viernes 13 de junio, con la flagrante agresión del régimen sionista contra Teherán, un acto que cualquier observador justo condenaría, sin embargo, provocó reacciones mixtas de los líderes mundiales.
Según las agencias de noticias internacionales, entre el 13 de junio y el 23 de junio de 2025, las posiciones de los países cayeron en tres categorías: los que condenan los ataques, los que apoyan a Israel y los que permanecen neutrales o silenciosos.
Muchos gobiernos de todo el mundo condenaron inequívocamente el asalto militar temprano de Israel al territorio iraní. Algunos emitieron declaraciones independientes, mientras que otros respaldaron declaraciones conjuntas a través de alianzas o foros internacionales. Varias naciones, que actúan dentro de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO), denunciaron los ataques de Israel. Otros expresaron su indignación en una declaración conjunta en una extraordinaria cumbre islámica. Además, algunos países, a través de la reciente Declaración de la Coalición BRICS en Brasil, condenaron el asalto a la República Islámica de Irán.
Según los estudios y estadísticas de Nemafar, más de 30 países en múltiples continentes condenaron el ataque del 13 de junio de Israel a Irán. Estos incluyen: Rusia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Turquía, Azerbaiyán, Egipto, Malasia, Omán, Pakistán, Kuwait, Yemen, Venezuela, Indonesia, Cuba, Corea del Norte, China, India, Saudi, Arabia, Qatar, Afghanistán, Iraq, Iraq, LEDAQO, LEDA, LEDA, LEABLE, IRA AGUALES. Jordania, Japón, Brasil, Argelia, Sudáfrica, Bahrein, Brunei Darussalam, Chad, Comoros, Djibouti, Libia, Mauritania, Somalia, Sudán y los Emiratos Árabes Unidos.
Si bien estas naciones compartieron una postura común para condenar a Israel, su nivel de apoyo a Irán varió significativamente. Algunos, como Japón, se limitaron a condenar el ataque e instar soluciones diplomáticas. Otros, como Yemen, llegaron a expresar la preparación para la cooperación militar contra la agresión.
En particular, algunos países vecinos fueron más allá de las condenas diplomáticas formales, y los altos funcionarios expresaron directamente el apoyo explícito para Irán. Por ejemplo, el presidente de Turquía deseó el éxito de Irán, mientras que el Ministro de Defensa de Pakistán respaldó públicamente a nuestro país.
En contraste, solo un pequeño grupo de naciones en su mayoría occidentales alineadas con Washington, incluidos los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Albania, la República Checa, Argentina, Ucrania, Australia e Italia, asistieron al derecho de Israel a “autodefensa”. Este apoyo llegó a través de declaraciones colectivas (especialmente la declaración del G7) o comentarios individuales, como los del ministro de Relaciones Exteriores de Australia.
Aun así, la mayoría de estos países pidieron simultáneamente la desescalación y un retorno a las negociaciones. Con menos de diez naciones que respaldan abiertamente a Israel, este grupo se encontró enormemente superado en número por la abrumadora mayoría condenando los ataques.
Esto subraya la derrota diplomática del Frente Pro-Israel en su guerra híbrida contra Irán, una marcada refutación a las afirmaciones de aislamiento de Irán o una coalición global que favorece a Israel.
Desde una perspectiva de derecho internacional y diplomacia regional, es significativo que muchos países, particularmente miembros de la OIC, expresen apoyo a través de declaraciones colectivas y grupos de contacto de los ministros extranjeros. Estas declaraciones conjuntas no solo condenaron los ataques, sino que también instaron a investigaciones independientes de organismos como el OIEA y pidieron la participación del Consejo de Seguridad de la ONU. Esto transformó las posturas individuales en un consenso regional con un mayor peso legal y político, potencialmente estableciendo las bases para resoluciones internacionales más fuertes.
Las conclusiones clave de estos desarrollos incluyen:
1. La intensidad de las condenas: el número de países que denunciaron el ataque de Israel fue aproximadamente cuatro veces mayor que los que lo apoyaron. Esta clara disparidad indica que, tanto en opinión pública como en ámbitos diplomáticos, la condena de la acción se basa más firmemente en los principios de la soberanía nacional y la prohibición de la intervención militar.
2. Acción colectiva: Muchos países islámicos y no islámicos emitieron declaraciones no solo de forma aislada sino en el marco de acuerdos multilaterales. Estas declaraciones grupales tenían un mayor peso político y destacaron la unidad de sus posiciones.
3. Amplia alineación entre los países islámicos en la condena: la mayoría de los países islámicos, excepto para algunos como Marruecos, que preferían permanecer en silencio, se ajustaron el ataque, ya sea colectivamente a través de las sesiones de la organización de la cooperación islámica o individualmente a través de declaraciones separadas.
4. Condiciones implícitas sobre el apoyo: los países que respaldaron a Israel enmarcaron efectivamente su apoyo con calificadores como reconocer el “derecho a la autodefensa” y enfatizar la “necesidad de evitar la escalada”. Esto indica que incluso entre los partidarios de Israel, existen preocupaciones sobre las posibles repercusiones regionales del ataque.
5. Perspectivas futuras: esta situación podría allanar el camino para las nuevas resoluciones del Consejo de Seguridad o aumentar el papel de las organizaciones regionales en la gestión de crisis en Asia occidental. En particular, las declaraciones colectivas emitidas en las cumbres islámicas pueden proporcionar mecanismos para perseguir la implementación de principios consagrados en las resoluciones internacionales.
Lo que está claro es que el resultado de esta confrontación en la etapa internacional afectará significativamente no solo las relaciones entre las dos partes directamente involucradas, sino también el equilibrio de poder y el papel de las instituciones internacionales en Asia occidental. Además, socava a fondo la narrativa de un consenso global contra Irán y, por el contrario, destaca el aislamiento diplomático de Israel.