El ex jefe del gabinete Agustín Rossi fue entrevistado en el piso “QR” para describir lo que considera una aberración legal: la decisión del juez Loretta de hacer cumplir el estatuto privado de YPF por encima de su ley de nacionalización, votó a una gran mayoría en el Congreso del Congreso Argentino en 2012. Rossi fue uno de los legisladores oficiales que votó en favor del proyecto que permitió la expectación del 51% del YPF y fue uno de los 208888. Votos en la Cámara de Diputados y 63 en el Senado.
“Aquellos que promovieron el juicio son aquellos que no permitieron su propiedad sobre la compañía”, explicó Rossi en respuesta a la decisión adversa que obliga al estado argentino a entregar el 51% de las acciones petroleras a los acreedores, una decisión judicial que el gobierno apelará.
Luego agregó que el fallo “ofrece soberanía económica a los fondos de buitre” mientras pone en riesgo “la conducción estratégica del principal activo energético del país”. Luego observó que el fallo de Fruka validó el reclamo de fondos como Burford y Bainbridge, quienes se asociaron con el Grupo Petersen para litigar contra el estado argentino por la expropiación parcial de la compañía petrolera. “Repsol, que tenía el 51%, fue compensado y nunca litigado. Aquellos que exigen son aquellos que conservaron sus acciones”, diferenció. También cuestionó los antecedentes legales: “El juez toma el estatuto del YPF privatizado como si fuera superior a una ley nacional”, dijo repetidamente.
El ex funcionario explicó que la regla fue aprobada oportunamente con un amplio apoyo de la oposición. Agregó que el fallo no solo es “legalmente inusual”, sino que también responde a una operación “especulativa” para que los fondos de buitre permanezcan con la mayoría de los accionistas sin haber invertido “un dólar” en el desarrollo de la energía.
Como se considera, lo más grave no es el monto a pagar sino el riesgo institucional. “YPF es el corazón de Vaca Muerta, el motor del excedente de energía. No se puede renunciar al 51% sin perder el control del desarrollo nacional”, dijo. Propuso una estrategia firme para la defensa legal, diplomática y política ya que “otros países están mirando este caso porque un precedente peligroso para cualquier otra compañía petrolera estatal puede sentarse”. En su cierre, repitió que Argentina necesita “una respuesta política con el poder legal” para defender a la compañía de banderas.
LB / FPT