Más información
Su San Martín llega a todos los cerdos, que dice un viejo dicho español.
Rafael Caro Quintero, apodado el Narcos de Narcos, vive hoy en una celda del Centro de Detención Metropolitana (MDC) de Brooklyn, Nueva York, en condiciones extremas y el escrutinio constante de las autoridades estadounidenses.
Detenido y extraditado de México hasta finales de febrero con otros 28 jefes, enfrenta el juicio más importante de su vida: la posibilidad real de ser sentenciado a cadena perpetua o incluso la pena de muerte por, entre otras posiciones, el brutal asesinato en 1985 del agente de la Camarena Enrique “Kiki”.
La Oficina del Fiscal de los Estados Unidos aún no ha comunicado si solicitará formalmente la pena capital, pero mantiene esa opción de “sobre la mesa” después de casi cuarenta años del crimen que marcó un antes y después en la relación entre México y Estados Unidos.
Su defensa, dirigida por la abogada Elizabeth Macedonio, especialista en casos federales con un riesgo de ejecución, trata de evitar ese resultado presentando argumentos atenuantes, como la edad avanzada del acusado y las circunstancias irregulares de su entrega a los Estados Unidos.
Entre restricciones extremas y soledad judicial
Desde marzo, Caro Quintero sigue sujeto a medidas administrativas especiales (SAM). Estas restricciones limitan drásticamente sus contactos con el exterior: apenas puede recibir correspondencia o visitas familiares, sus llamadas telefónicas están controladas y no tienen acceso a entrevistas con los medios. Solo puede comunicarse con su equipo legal, supervisado en todo momento por las autoridades penitenciarias. El objetivo es claro: evitar incitar o coordinar actividades criminales de la prisión.
A los 72 años, este ex líder del cartel de Guadalajara comparte un módulo con otros prisioneros famosos de tráfico de drogas mexicanas. Sin embargo, su perfil lo convierte en uno de los prisioneros más monitoreados del país. El gobierno de los Estados Unidos considera que representa un riesgo sustancial para la seguridad pública y para otros reclusos.
El crimen que cambió todo: el caso de Camarena
El asesinato del agente Enrique “Kiki” Camarena fue uno de los episodios más oscuros y simbólicos en la historia reciente del tráfico de drogas. Camarena fue secuestrada en Guadalajara, torturada durante horas, un hecho que se registró en grabaciones que ahora son una parte clave del juicio, y finalmente asesinado. Fue culpado directamente por una gran incursión anti -flog contra una plantación propiedad del cartel.
La brutalidad del crimen causó una reacción sin precedentes: la DEA promovió una campaña internacional para capturar a los responsables y redefinió su estrategia contra los carteles mexicanos. Desde entonces, la “venganza” institucional de la DEA se convirtió en una parte central de cualquier proceso judicial contra Caro Quintero.
Defensa y maniobras legales
La defensa pública del CAPO prepara un paquete especial con evidencia atenuante para tratar de evitar la penalización máxima: enfatizan que el crimen ocurrió hace casi cuatro décadas, en suelo mexicano, y denuncia irregularidades en su transferencia a los Estados Unidos, una entrega directa sin cumplir con todos los procedimientos habituales de extradición. Este detalle es fundamental porque México prohíbe a los ciudadanos extradits si enfrentan multa de capital; Pero al considerar una “expulsión” masiva, ese límite legal desapareció.
Por su parte, la oficina del fiscal prepara audios y documentos sobre la tortura y el asesinato de Camarena, además de una extensa historia penal: tráfico internacional de drogas (marihuana, cocaína, fentanilo), uso ilegal de armas y dirección continua de una organización penal. Los medios de comunicación y la presión institucional son máximos.
Perfil humano: ¿Quién es Rafael Caro Quintero?
Nacido en Sinaloa en 1952, Rafael Caro Quintero es considerado uno de los pioneros del narcotráfico moderno mexicano. Fundador junto con Miguel Ángel Félix Gallardo e Ismael “El Mayo” Zambada del Cartel de Guadalajara, fue uno de los primeros Capos en la industrialización del cultivo y el tráfico masivo de marihuana a los Estados Unidos. Después de su primera detención en 1985, pasó casi tres décadas encarceladas; Cuando dejó parte del control criminal perdido y se resistió hasta su reciente captura.
En entrevistas escasas pero reveladoras, la última en 2016, ha sido ambigua sobre su verdadero papel dentro del cartel: “Yo del póster y todo lo que no se dio cuenta hasta que fui encarcelado”, dijo con aparente ingenio. Sin embargo, las autoridades lo colocan como un estratega violento e implacable capaz de corrupir y desafiar al sistema judicial mexicano durante décadas.
10 curiosidades sobre Caro Quintero
Nació en La Noria, Badiraguato (Sinaloa), la patria también de Joaquín “El Chapo” Guzmán. El cartel de Guadalajara fue tratado con Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo. Fue un pionero en las grandes plantaciones ocultas (“Buffalo Rancho”) que generó miles de millones. Mexicano. Durante sus años libres, reconstruyó las redes clandestinas utilizando viejos contactos. Es conocido por su actitud fría hacia los medios de comunicación; Solo concedió una entrevista formal. Siempre negó haber ordenado personalmente el asesinato de Kiki Camarena. En prisión ha solicitado repetidamente condiciones decentes para sus visitas familiares. Su vida inspiró a los personajes principales en series como Narcos: México. Sobrevivió a varios intentos internos, y rumores, de eliminarlo como un testigo incómodo.
El futuro incierto: la pena capital o la cadena perpetua?
El resultado judicial permanece abierto. La siguiente audiencia clave está programada para septiembre; Allí se decidirá si enfrentará cadena perpetua o si el fiscal solicitará formalmente la pena capital. Mientras tanto, Caro Quintero se mantiene bajo medidas extremas. Su caso simboliza medio siglo de poder, y decadencia, del tráfico de drogas mexicano contra los Estados Unidos.