El secretario de Estado, Marco Rubio, ha condenado llamadas a Irán por el arresto y ejecución de Rafael Mariano Grossi, el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, luego del ataque de los Estados Unidos contra tres de los sitios nucleares de Irán la semana pasada.
“Las llamadas en Irán para el arresto y la ejecución del director general de la OIEA, Grossi, son inaceptables y deben ser condenados”, Rubio escribió en x Sábado. “Apoyamos los esfuerzos críticos de verificación y monitoreo de la LAEA en Irán y recomendamos al Director General y al LAEA por su dedicación y profesionalismo. Hacemos un llamado a Irán que proporcione la seguridad del personal del OIEA”.
El alcance de las amenazas contra Grossi no fue claro de inmediato. La semana pasada, Ali Larijani, un asesor principal del líder supremo Ayatollah Ali Khamenei, escribió en x“Cuando termine la guerra, resolveremos el puntaje con Grossi” en árabe.
Irán también recientemente elegido para prohibir el jefe del organismo de control nuclear y eliminar las cámaras de la agencia de sus instalaciones nucleares, alegando que el gobierno israelí había podido obtener datos confidenciales.
El OIEA es responsable de monitorear el programa nuclear de Irán y otros países. Irán previamente permitió a la agencia acceder e inspeccionar sus plantas nucleares como parte del acuerdo nuclear de la era Obama 2015.
Sin embargo, el acceso se ha vuelto más difícil después de que el presidente Trump se retiró en 2018, aunque el OIEA ha negociado con Teherán para continuar monitoreando.
El día antes de que Israel comenzara a lanzar misiles en sitios nucleares y militares iraníes, la agencia nuclear dijo que Teherán había acumulado una cantidad preocupante de uranio enriquecido y que el país incumplió sus obligaciones de no proliferación por primera vez en 20 años.
El OIEA también ha examinado el impacto de los ataques aéreos estadounidenses en los sitios nucleares iraníes de Fordow, Natanz e Isfahan. Grossi dijo el sábado que las instalaciones habían sufrido daños graves, aunque no estaba seguro de si el OIEA tendría el acceso necesario para establecer si la actividad nuclear aún continuaba.