Isamabad, (tiempos de parlainte) (Kh Kashif Mir)
: Faheem Sardar, un destacado analista afiliado a la televisión de Pakistán (PTV), un destacado experto en asuntos de seguridad nacional y una voz clave en políticas y discursos económicos, fue encontrado brutalmente asesinado dentro de su residencia cerca de la zona roja altamente sensible de Islamabad. Según los informes policiales preliminares, la víctima había sido limitada y asesinada de una manera descrita por los investigadores como “horribles y atacados”. Se ha registrado un FIR en la queja de su tío materno, y actualmente están en marcha más investigaciones.
Sardar, conocido por su perspicacia estratégica y sus intrépidos comentarios, aclaman de un linaje distinguido con fuertes lazos con Azad Jammu y Cachemira. Era el nieto materno del difunto Sardar Habib Khan, un legendario burócrata de Cachemira que desempeñó un papel fundamental en el establecimiento de la estructura administrativa naciente de Azad Cachemira. Sardar Habib Khan fue un asociado cercano de Sardar Muhammad Ibrahim Khan, el presidente fundador de la región. Faheem Sardar también era el hijo de Brigadier (Retd.) Sardar Ahmad de Peshawar.
Su carrera profesional estaba profundamente entrelazada con el panorama de seguridad y formulación de políticas de Pakistán. Sardar sirvió en capacidades influyentes en instituciones nacionales clave, incluida la celda de planificación estratégica y la Universidad de Defensa Nacional. Fue un participante activo del Taller de Seguridad Nacional 25 (NSW-25) y anteriormente se desempeñó como CEO de Askari Securities. Sus escritos y análisis televisados fueron ampliamente reconocidos por su profundidad intelectual, postura no partidista y visión crítica de los asuntos económicos y estratégicos.
Las ondas de choque de su muerte han reverberado mucho más allá de su familia, dejando las comunidades académicas, medianas y de formulación de políticas de Pakistán en el duelo. Los colegas lo describen como una rara fusión de intelecto, integridad y patriotismo, un hombre que guió a las instituciones estatales con aportes basados en evidencia y no tenía miedo de desafiar los quos de estatus en interés nacional.
Las circunstancias que rodean su asesinato han planteado preguntas alarmantes sobre el aparato de seguridad en la capital. Que un pensador patriótico y una voz de política puedan ser asesinadas con tanta impunidad en una zona altamente vigilada, ha provocado una preocupación generalizada. Igualmente inquietante, señalan los observadores, es la cobertura moderada del incidente de los principales medios de comunicación, que muchos dicen que equivale a una falla colectiva para resaltar la pérdida de un activo nacional.
Los organismos de los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil ahora piden al gobierno federal, al Ministerio del Interior y a las agencias de aplicación de la ley que lanzaran una investigación imparcial de alto nivel sobre el asesinato. Existe una creciente demanda para garantizar que los perpetradores sean llevados rápidamente ante la justicia.
“Esto no es simplemente el silenciamiento de un individuo”, declaró un analista senior. “Es la eliminación específica de una voz de verdad, intelecto y responsabilidad”.
El legado de Faheem Sardar su coraje académico, su visión política y su inquebrantable compromiso con el progreso nacional continuarán inspirando mucho después de su trágica desaparición.