Los ingenieros han desarrollado un dron de inspiración de ardillas voladoras capaces de un movimiento ágil en espacios estrechos imitando la naturaleza y el uso del aprendizaje automático. A diferencia de los quadcopters tradicionales, que luchan con maniobrabilidad limitada debido al empuje unidireccional, este dron presenta alas plegables de silicona que se adaptan a la mitad del vuelo.
Controlado por el aprendizaje de refuerzo entrenado en demostraciones de vuelo humano, el sistema ajusta las posiciones de ala para optimizar el arrastre y la elevación, incluso compensando cuando el empuje mecánico se maximiza.
Aún en etapas experimentales, la tecnología podría resultar vital en futuras aplicaciones, como misiones de búsqueda y rescate o incluso exploración dentro de los sistemas de cuevas complejas.