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La guerra de rosas y la batalla política entre Macri y Milei

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La Guerra de Rose fue una serie de conflictos civiles en Inglaterra entre las nobles casas de Lancaster y York, ambos disputando el trono. Esta confrontación, originada en las disputas de sucesión, generó rivalidades que debilitaron el poder y se sumergieron en la inestabilidad. Mientras Lancaster y York estaban involucrados en su lucha, sus ambiciones políticas y territoriales terminaron usando ambas facciones.

En la Argentina contemporánea, hay una “guerra de poderes” entre figuras clave como Mauricio Macri y Jorge Macri, enfrentando al presidente Javier Milei y su hermana Karina. Más allá de sus diferencias ideológicas y estratégicas, la lucha gira en torno al control de los espacios políticos esenciales, generando una fractura dentro de la oposición que podría resultar en su propio debilitamiento.

La relación entre Mauricio Macri y Javier Milei ha pasado por momentos de enfoque y ruptura. En enero de 2025, Milei propuso una alianza electoral con Macri para “destruir con el kirchnerismo” en las elecciones legislativas de octubre. Macri mostró interés y sugirió la mediación de figuras clave del Pro como Cristian Ritondo y Diego Santilli. Sin embargo, las tensiones surgieron cuando Milei insistió en una alianza total, afirmando: “O vamos juntos en todo o estamos separados. Trapas al electorado, no”. Esta posición marcó un punto de inflexión en su relación, evidenciando las diferencias estratégicas entre ambos líderes.

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Las fricciones no son nuevas. En 2023, Milei criticó la gerencia de Macri como un “fracaso”, mientras que el ex presidente, aunque reconoció las dificultades de gobernar Argentina, advirtió a Milei sobre los desafíos que enfrentaría al asumir el poder. Estas tensiones han creado una relación volátil, donde la colaboración y el conflicto se alternan constantemente.

Aunque la Guerra de Rose se resolvió en el campo de batalla, la disputa entre Macri y Milei se desarrolla en la esfera política, mediática y electoral. En Inglaterra, el conflicto dinástico hundió al país en inestabilidad y debilitó la monarquía. En Argentina, la falta de unidad dentro de una alianza central puede terminar favoreciendo el peronismo, lo que observa la confrontación con atención y se prepara para capitalizar la fractura.

El Pro, fundado por Macri, enfrenta una crisis debido al crecimiento del progreso de la libertad (LLA) de Milei. El escape de los líderes y los votantes ha debilitado al partido, y aunque se discutió una posible alianza, las diferencias irreconciliables han dejado al Pro en una posición vulnerable. Mientras tanto, el peronismo, con su resiliencia característica, espera el resultado de la disputa de la oposición y planifica cómo reposicionarse políticamente.

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Las elecciones legislativas de 2025, aunque consideradas menores, pueden redefinir el mapa político nacional. Jorge Macri ha tratado de fortalecer su posición en la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA), aliado con figuras como Oscar Zago del Mid y Miguel Ángel Pichetto, desafiando directamente a Milei en la capital y tal vez colocando un archivo a Ramiro Marra. En respuesta, el peronismo apuesta a Leandro Santoro, un líder con un pasado híbrido entre el radicalismo y el peronismo. Con un discurso pragmático, intenta consolidarse como una opción confiable para el electorado de Buenos Aires, a pesar de sus giros políticos y su pasado fluctuante entre diferentes fuerzas.

Recordemos algunas consideraciones. Santoro ha tenido posiciones ambiguas: primero criticó a Cristina Kirchner cuando quería quitarse la imagen, luego alineada con Alberto Fernández apostando por un nuevo peronismo, y finalmente cambió la posición nuevamente. Sin embargo, lo que se demostró es que, lejos de un cambio, el peronismo mantuvo las mismas estructuras y prácticas que lo llevaron a su actual crisis.

Hoy el peronismo está hirviendo porque, con su eterno 30% histórico en la capital federal, es posible mantener el triunfo en las elecciones legislativas de CABA y las múltiples divisiones del resto, daría vida en las elecciones generales. Ahora son capitaneados por Juan Manuel Olmos, (ex funcionario de Alberto Fernández), exultantes en las reuniones dentro del Partido Justicialista (PJ) para fortalecer su estrategia electoral.

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Recordemos cómo las elecciones para el Jefe de Gobierno de Caba fueron en 2023. Jorge Macri (juntos para el cambio) obtuvo 49.61%, Leandro Santoro (Unión para la Patria) 32.20%y Ramiro Marra (La Libertad Avanza) 13.89%. Mientras Macri y Milei participan en su lucha interna, podrían terminar sin pan y sin el pastel, perdiendo terreno en las elecciones y dando al peronismo una oportunidad inesperada para resurgir. Como en la Guerra de Rosas, donde la división entre York y Lancaster debilitó a ambos lados, la fragmentación de la oposición argentina puede terminar favoreciendo a su adversario. En este juego de poder, mientras la cara Macri y la Milei, el peronismo observa y se frota las manos, listas para regresar a la escena.

Un triunfo del peronismo en la ciudad de Buenos Aires, un bastión que históricamente ha sido negado, podría abrir una posibilidad concreta de expansión en la provincia de Buenos Aires, especialmente si el centro de la derecha todavía está fragmentado. Para el mundo de la inversión, el principal temor sería que un eventual avance del peronismo en los distritos clave podría significar un retorno, para muchas políticas inesperadas, de políticas intervencionistas, precios y regulaciones más rígidas, que históricamente han generado desconfianza en los mercados internacionales.

Si la resistencia peronista logra configurar nuevamente, la posibilidad de un rendimiento más tradicional podría convertirse en una hipótesis de peso para 2027.

RM / GI